El español de Perú

Principales rasgos en el nivel fonético-fonológico
  1. Yeísmo, presente en las tierras norte de Perú, Lima y la costa peruana. Oposición de /ʎ/, /y/ en la mayoría de los dialectos andinos de Perú donde se conserva la lateral palatal /ʎ/ en contraste a /y/ ‒la primera se pronuncia como lateral, la segunda como una fricativa débil‒.
  2. Velarización de nasales y no nasales. La velarización o elisión completa de la /n/ es un fenómeno que se da en las zonas altas de Perú. En Lima, y en la mayor parte de la costa peruana, se velariza la /n/ en final de palabra o en el interior de esta. La velarización de las no nasales suele producirse en las zonas costeras, con preferencia de la forma velar sonora, y en las zonas andinas, con predominio de la articulación sorda.
  3. En el español de la costa, especialmente, el de Lima, se observa una neutralización de las vibrantes en posición implosiva. En cambio, se manifiesta la presencia de variantes asibiladas en las zonas andinas y amazónicas, en posición final de sílaba.
  4.  Seseo. Se han distinguido tres procesos de este fenómeno (Caravedo, 1987, 1990): i) mantenimiento, que se expresa mediante un tipo de -s dental en la zona costeña y ápico-alveolar muy tenso en la zona andina; ii) debilitamiento, el cual se expresa a través de la aspiración preconsonántica registrada en la zona de la costa, y especialmente en Lima; iii) elisión de /s/ o la aspiración prevocálica, presente en las zonas caribeñas. En lo que se refiere a la variedad amazónica “no existen estudios exhaustivos del seseo, pero se puede afirmar que hay una tendencia hacia el mantenimiento, expresada en la ausencia de aspiración en los contextos favorecedores de esta” (Fallas Monge y Sancho Ugalde, 2013: 57).
  5. Reducción de las vocales átonas. Este fenómeno está presente primariamente en las provincias del sur de los Andes peruanos. Las vocales “se reducen hasta llegar incluso a la elisión en contacto con /s/ (Lipski, 1994)” (ídem, 2013: 58).
  6. Pronunciación de /č/, como una fricativa en las tierras altas andinas; en cambio, suele mantener su elemento oclusivo en el español de Lima.
  7. La fricativa posterior /x/. En la variedad limeña, la /x/ se caracteriza por una aspiración débil, que raramente presenta una fricación velar o postpalatal; en las tierras altas andinas recibe una fricación audible y es palatal ante las vocales anteriores; y en “las tierras altas amazónicas, la /x/ es una [h] faríngea débil y muchos hablantes de esta zona dan esa misma pronunciación a /f/ (Lipski, 1994)” (ídem, 2013: 58).
  8. Grupos /tr/, /pr/ y /kr/. La /r/ se pronuncia como una fricativa o una aproximante retrofleja en los hablantes bilingües y como una vibrante simple en los hablantes monolingües (Lipski, 1994: 341).
  9. Elisión de /b/, /d/ y /g/ intervocálica, que se produce en la zona dialectal de Lima y en la costa norte.
  10. Reducción del sistema vocálico del español, por influencia de quechua, aparece en las zonas andinas.
Principales rasgos en el nivel morfosintáctico
  1. Si bien es cierto que el español de América se caracteriza principalmente por la ausencia de vosotros, no se puede afirmar que esta forma “está en su totalidad ausente del español peruano, pues aparece en ciertos contextos claramente delimitados y con un contenido diferente del peninsular” (Fallas Monge y Sancho Ugalde, 2013: 59). En otras palabras, “no se trata del plural de como forma de tratamiento, sino de una forma plural indiferenciada respecto del tipo de tratamiento, que caracteriza situaciones solemnes o de mucha formalidad como discursos, arengas o sermones” (ídem).
  2. Selección de los pronombres clíticos. En la modalidad costeña predomina, en general, el sistema etimológico, esto es, variación de número y género en el objeto directo (lo, los, la, las) y solo de número en el indirecto (le, les), si bien es cierto que también se dan algunas alteraciones, como el leísmo. En cambio, en el español andino, aparte del leísmo, suele darse, con gran frecuencia, el loísmo no solo en los hablantes bilingües por influencia del quechua, sino también en los monolingües de la misma variedad andina. Además, los dos fenómenos se extienden hasta el español amazónico de zonas monolingües.
  3. Adverbio intensificador más el superlativo. Suele aparecer, a veces, en las zonas altas andinas, el adverbio intensificador muy en combinación con el sufijo adjetival superlativo -ísimo.
  4. Combinaciones sintácticas, de tipo orden de las palabras (objeto + verbo), uso del gerundio o las formas no finitas del verbo en el español en la zona andina por influencia del quechua o el aimara: “Comida tengo” / “De mi mamá en su casa estoy yendo”. / “La puerta sin cerrar nomás me había dormido” (Lipski, 1994: 346).
  5. Duplicación de clíticos de objeto directo, que aparece en el español andino vernáculo, incluso cuando el objeto es un sintagma nominal animado o inanimado.
  6. Posesivos redundantes que se localizan en todas las áreas geográficas de Perú y todos los niveles sociales: “Celebramos su fiesta de la tierra” [(Caravedo, 1990) apud Alvar, 2000: 163-164]. También se ha observado el uso de pronombres posesivos junto con los diminutivos ‘en contextos afectivos a veces referidos a los alimentos: “mi sopita”, “tu lechita”’ (Fallas Monge y Sancho Ugalde, 2013: 62).
  7. Concordancia gramatical. Se trata de alteraciones del género o la omisión del artículo, especialmente, en las zonas andinas y amazónicas: “el costumbre”, “la pie”, “mi niñez fue rústico” (ídem).
Principales rasgos en el nivel léxico

Se han distinguido tres componentes importantes en la constitución del léxico hispanoamericano (Vaquero de Ramírez, 1998: 39):

  • el patrimonial, que fue adaptado a las nuevas realidades y supuso una fuente de creaciones;
  • el autóctono, basado en las distintas lenguas indígenas habladas en el territorio; 
  • el africano, localizado en algunas zonas, desde la llegada de los esclavos a las costas caribeñas.

En cuanto al léxico autóctono, si bien es cierto que fueron muchas las lenguas amerindias existentes en el siglo XV, el quechua es, tal y como afirma Lipski (1994: 349), entre otros autores, la principal fuente de vocabulario no hispánico en el español hablado en Perú, “y debido a la importancia de este país en el sistema colonial español, muchos vocablos son de uso general en Hispanoamérica” (Fallas Monge y Sancho Ugalde, 2013: 65). Entre las voces de origen quechua más comunes en el español peruano se encuentran choclo (mazorca), pizco (brandy destilado de uvas), concho (sedimento de café o vino), chacra (granja pequeña) (Lipski, 1994: 349).

Aparte de las distintas voces provenientes del quechua, se pueden documentar en la variedad peruana también elementos léxicos de origen aimara, como por ejemplo chuncho (plumaje), poroto (semilla comestible) o pampa (campo o planicie) (Agostinho de la Torre, 1999: 51). No obstante,  “ambas lenguas presentan ciertos rasgos fonéticos y algunas estructuras morfológicas semejantes, lo mismo que un gran número de palabras comunes, por lo que no es fácil deslindar los términos aimaras de los quechuas, puesto que algunas voces existen en las dos lenguas indígenas” ( Fallas Monge y Sancho Ugalde, 2013: 66).